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Cómo resolver el desafío de la última milla

En los últimos años el negocio del ecommerce se consolidó como una de las formas de compra más populares entre los consumidores, pero también hizo más urgente el resolver el reto de la “última milla”, que se refiere al proceso de entrega final de las mercancías que alguien compra.

Juan Cardona

Por Juan Cardona

15 de diciembre de 2022

3 minutos de lectura

Foto de una camioneta blanca de última milla conduciendo por una carretera rodeada por símbolos de datos.

Se le considera un reto ya que en este último eslabón de la cadena de compra se podrían presentar dificultades para el cliente, como lo es la falta de comunicación entre empresa– transportista–consumidor en cuanto al estado y rastreo del envío, lo que suele generar incertidumbre. 

 

La telemática es una solución a este desafío debido a que integra tecnologías que permiten conocer desde la ubicación y estado de la flota hasta datos relacionados con la conducción, tendencias de big data e informes personalizados que pueden ayudar a las empresas a definir sus rutas de reparto de forma más eficiente. 

 

Debido a que la última milla representa el grueso de los gastos de transporte y que los modelos de entrega a domicilio son cada vez más populares, eficientar los viajes es crucial para toda empresa que se dedique a la transportación de mercancías. 

 

¿Qué es la última milla y por qué es tan difícil de resolver?

 

La última milla es el último paso de la entrega de un producto entre la fábrica y el hogar del consumidor. Comprende el viaje del paquete desde el anaquel del último almacén al compartimento de carga del último camión y hasta la puerta del comprador.

 

Su complejidad radica en que pocas veces es viable practicar la economía de escala, que en el caso concreto de los transportistas es el poder realizar entregas múltiples a menor costo. Por ejemplo, en áreas rurales, los operadores deben recorrer grandes distancias para completar relativamente pocos viajes. 

 

En áreas urbanas, la administración logística se obstaculiza debido a los problemas de tráfico y la navegación en calles y avenidas, lo que trae consigo tiempos muertos. Además, en cada destino suelen entregarse solo uno o dos paquetes, creando una proporción desequilibrada entre esfuerzo, trabajo completado y tiempos de conducción y descanso.

 

De manera operacional, la industria transportista se enfrenta a retos como la integración y retención de operadores, lo que impacta directamente en la calendarización de envíos, gestión de unidades y la coordinación efectiva con proveedores de servicios.

 

Costos de la última milla (y beneficios de resolverla)

 

La última milla representa alrededor del 53% del costo total de envío de un producto. En 2018, se estimaba que el costo promedio de entregar un paquete a domicilio era de aproximadamente 10 dólares a las compañías. 

 

De acuerdo con un estudio realizado por Capgemini, la mayoría de las personas solo está dispuesta a pagar entre 5 y 10 dólares al mes por una suscripción para recibir entregas directamente a sus casas en un tiempo máximo de 24 horas. Por otro lado, muestra que los usuarios no recomendarían un servicio de paquetería cuyos costos fueran muy elevados o que no cumplan con tiempos de entrega de 24 horas o menos. 

 

Estas cifras reflejan la complejidad de la industria del transporte y las proyecciones a futuro indican que en ciudades como Tokio, Japón, se espera que los envíos ligados al ecommerce aumenten en un 85% para 2030. Lo que se traduce a que se necesitará más del doble de vehículos para la última milla y con ello, se incrementaría el CO2 en al menos un 20%.

 

Sin embargo, también hay claros incentivos económicos, de negocio y hasta ambientales para resolver el reto de la última milla. 

 

Al estimarse que para 2031 el mercado de soluciones de última milla tendrá un valor de 288 mil 900 millones de dólares; que habrá mejoras en los costos fijos y variables de una empresa de transporte; que se crearán más centros de almacenamiento y que las personas incrementarán su gasto en buenas experiencias de entrega, las emisiones de carbono podrían reducir entre el 17% y 26% para 2025.

 

Telemática para la última milla

 

Mediante la telemática, las empresas de transporte tienen a su disposición tanto un GPS para flotillas como una plataforma en la que pueden observar datos que les permitan desarrollar estrategias de transporte, logística y suministro que permitan reducir el costo de la última milla. Pero ¿cómo puede ayudar la telemática?: 

  • Al tener mayor claridad de dónde se encuentra la flota de vehículos, se reducirán los tiempos de inactividad y se mejora la productividad.
  • Los datos recopilados permitirán la optimización de rutas y con ello, la reducción del kilometraje y maximizar el uso de combustible, generando ahorros y menores impactos al medio ambiente.
  • También dará la posibilidad de optimizar tiempos de entrega y llegadas más precisas (para clientes, operadores y administradores de la flota).
  • Alertas para detección de incidentes sospechosos y evitar accidentes, fraudes o robos.
  • En el caso de las flotas eléctricas, se puede calcular con mayor precisión cuánto tiempo de uso y carga requiere cada vehículo, optimizando así su uso.
  • Detección de zonas de riesgo (accidentes, reportes de criminalidad, vías en mal estado) para que los conductores puedan evitarlas y buscar rutas alternas.

La última milla es un problema que seguirá creciendo en el futuro y sin duda la telemática será una aliada para las empresas que busquen darle solución, ya que pueden acceder a sistemas y datos precisos que les ayuden a encontrar las rutas más eficientes y seguras en su operación diaria.

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Juan Cardona
Juan Cardona

Juan Cardona es VP de Ventas para Latinoamérica en Geotab

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