Diferencias entre leasing y renting, ¿qué opción se adapta mejor a mis necesidades?
¿Leasing o renting de vehículos?
Por Jaime Maqueda
24 de junio de 2024
•3 minutos de lectura
Atrás quedaron los años en los que el coche, ya fuera para uso profesional o particular, se compraba. En la era Netflix, el pago por uso suma adeptos y se los resta a la adquisición, con dos opciones en crecimiento: el renting y el leasing.
El cliente, ya sea empresa o particular, no es propietario del vehículo sino que lo conduce a cambio de una serie de cuotas mensuales en las que se incluyen todos (o casi) los gastos derivados del uso y disfrute del vehículo. Esto se traduce en dos importantes ventajas: un libro de cuentas sin sobresaltos y la posibilidad de estrenar coche cada cierto tiempo adaptándolo así a las circunstancias de cada momento.
Ahora bien, ¿cómo funciona el renting?, ¿cómo funciona el leasing?, ¿cuál es la diferencia entre leasing y renting? Y, sobre todo, ¿cuál es más rentable/aconsejable?
Vayamos por partes…
Leasing, ¿cómo funciona?
El leasing se define como una operación de arrendamiento financiero en la que el contrato se firma por la cesión del uso de bienes muebles o inmuebles, a cambio de una contraprestación consistente en el abono periódico de cuotas.
Dicho de un modo más sencillo y extrapolado el mercado automovilístico, ¿cómo funciona el leasing de coches?: el leasing es un contrato de alquiler de un vehículo en el que el arrendador (es decir, la empresa de alquiler) compra el coche y le cede el uso al arrendatario (la empresa que añadirá el vehículo a su flota), a cambio del pago de una serie de cuotas anuales. Entender el crédito leasing, como funciona, es crucial para las empresas que buscan opciones de financiamiento flexibles y efectivas.
Una de las ventajas del leasing fundamentales es que un contrato de alquiler con opción a compra. Una vez finalizado el período de validez del contrato, el cliente puede optar a la compra del vehículo; también puede devolverlo o cambiarlo por otro.
Las cuotas del leasing son, por norma general, más bajas que las del renting, pero porque apenas incluyen servicios, tan solo el alquiler.
Renting, ¿cómo funciona?
El renting es una modalidad de alquiler de coches a medio/largo plazo (normalmente entre uno y cinco años).
Los usuarios de este servicio buscan disponer de un vehículo sin tener que hacer frente a los gastos que conlleva la compra ya que los pagos derivados del mantenimiento, el seguro, la asistencia en carretera, los impuestos... etcétera, están incluidos en la cuota mensual.
La tranquilidad económica que aporta es una de las grandes ventajas del renting pues el cliente no asume más gastos extra que el carburante o las sanciones (aunque la empresa de alquiler suele ofrecer un servicio de gestión de multas sin sobrecoste).
Otra es la flexibilidad. En un momento en que el mercado automovilístico acusa la incertidumbre acerca de futuras leyes sobre la creación de zonas de bajas emisiones en todos los municipios con más de 5.000 habitantes; la posible subida de las tasas impositivas que gravan el precio del diésel; e, incluso, la prohibición de la venta de vehículos de combustión programada para 2040, tener la certeza de que el vehículo actual no tendrá por qué serlo en el futuro es un valor añadido.
Diferencias y características del renting y el leasing
El renting y leasing son dos opciones completamente diferentes, aunque, a veces, se confunden.
Para que las claves de cada una queden claras, hemos preparado esta tabla:
Qué interesa más leasing o renting
No hay una respuesta única a esta cuestión. Que la balanza se incline por una u otra opción dependerá de las necesidades que cada conductor/empresa busque satisfacer.
La cuota de renting es más alta, pero incluye prácticamente todos los gastos derivados del uso del vehículo: cuota de alquiler, mantenimiento, impuestos y asistencia en carretera siempre están incluidos; el seguro y cambio de neumáticos es opcional.
El leasing se considera una modalidad de financiación por lo que la cuota mensual no es más que el alquiler que el arrendatario paga por utilizar el vehículo que espera comprar al final del contrato.
Esta es otra clave para decidir entre leasing y renting: en el primero, hay opción a compra una vez finalizado el período de alquiler; el renting es la opción recomendada para aquellos usuarios que prefieren cambiar de coche con regularidad.
Un último apunte es el tratamiento fiscal. Las cuotas de renting solo son deducibles si el vehículo está destinado a un uso profesional; mientras que el leasing es mucho más favorable desde el punto de vista financiero. Tanto con el leasing como con el renting el cliente puede deducir fiscalmente el importe de las cuotas; pero además, el primero permite poner el coche como parte del activo de la empresa y la deuda pendiente en el pasivo. Es decir, reflejarlo en el balance.
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