Si la DGT cambia las etiquetas, ¿qué pasa con las de mi flota de vehículos?

Desde 2016, los vehículos (turismos, todoterrenos y furgonetas) que circulan por las calles y carreteras españolas están clasificados en función de sus emisiones. Cada grupo, cuatro en total, se identifica con una pegatina diferente que permite saber de un vistazo a qué nivel pertenecen.

• Los coches eléctricos y los híbridos enchufables de más de 40 km de autonomía eléctrica lucen la etiqueta Cero Emisiones (de color azul).
• Los híbridos enchufables que no llegan a los 40 km de autonomía eléctrica, los híbridos no enchufables y los vehículos propulsados por GLP y GNC se clasifican como ECO, su etiqueta es azul y verde.
• La etiqueta C es la de color verde y está reservada turismos y furgonetas de gasolina matriculados después de 2006 o diésel posteriores a 2014.
• Por último, la etiqueta B (amarilla) es la que identifica a turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculadas a partir de enero de 2000 o diésel posteriores a 2006.

Habría que añadir a estos un quinto grupo, muy numeroso, del que forman parte todos los vehículos que por su antigüedad no pueden entrar en ninguno de los anteriores. Comúnmente se les conoce como vehículos sin etiqueta o vehículos A.

A menos emisiones, más ventajas

La clasificación medioambiental nació como método de discriminación positiva hacia los vehículos menos contaminantes. El objetivo era que los modelos más eficientes se identificaran a simple vista para así facilitar la adopción de las ventajas fiscales y de circulación que la DGT y gobiernos municipales planeaban poner en marcha para incentivar la descarbonización del parque móvil.

En base a esto, los coches con pegatina azul son los más beneficiados. Tienen acceso libre en todas las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE); en Madrid, pueden estacionar de forma gratuita y sin límite de tiempo en las Zonas SER; y en muchas ciudades disfrutan de descuentos en los peajes y en el precio del impuesto de circulación (además de estar exentos de la tasa de matriculación en toda España).

Los coches ECO cuentan con las mismas ventajas en cuanto a acceso a libre a las ZBE, pero algunas menos en lo que se refiere a estacionar (en la capital, por ejemplo pueden permanecer un máximo de dos horas y pagan, aunque con descuento). Mientras que los vehículos con etiqueta C y B obtienen un trato diferente en función de la ciudad: las hay en las que pueden acceder sin restricciones en las áreas acotadas, pero en la mayoría tienen que cumplir condiciones (acceso limitado por días u horas, obligación de estacionar en un parking…).

Finalmente, los mal llamados etiqueta A (porque esta etiqueta no existe) son los que sufren más restricciones. Tienen prohibido circular por las ZBE, un perímetro que se va ampliando a medida que avanza el tiempo, con el objetivo de reducir al mínimo su presencia en las urbes.

Un etiquetado más justo y real

En su momento, hace ya ocho años, la DGT dijo que la clasificación medioambiental era resultado del consenso de los principales actores de la movilidad en España. 

A pesar de esto, no tardaron en alzarse las primeras voces contrarias que, en su mayor parte, argumentaban que tal cual se había aprobado no era una clasificación realista y que beneficiaba a vehículos que no lo merecían. Tal acusación tenía (y tiene) un claro destinatario: los híbridos enchufables.

El problema de esta tecnología que combina un propulsor eléctrico y otro térmico (gasolina en la mayoría de los casos) es que solo funciona en modo cero emisiones durante algunos kilómetros (aunque ya hay modelos que llegan a los 100 km de autonomía eléctrica, la media está en 50-60 km) y no hay forma de saber u obligar a sus propietarios a cargar la batería. 

Nuevas etiquetas, pero no retroactivas

Desde la DGT, hace tiempo que tienen sobre la mesa diferentes ideas para modificar el actual sistema de etiquetado medioambiental. Lo han confirmado en numerosas ocasiones, la más reciente, en una entrevista concedida por el director general de Tráfico, Pere Navarro, en la que ha adelantado que el cambio se hará con el acuerdo de todos los implicados y que sean cuáles sean las novedades no tendrán carácter retroactivo.

Esto es importante porque todo apunta a que los híbridos enchufables perderán algunas de sus ventajas y esto podría ser un problema a la hora de venderlos en el mercado de ocasión.

Además, Navarro ha adelantado algo totalmente nuevo y es que en un intento por modernizar el parque móvil actual y elevar la edad media (actualmente es de casi 14 años) desde Tráfico estudian la posibilidad de crear una nueva clasificación basada en el nivel de seguridad.

"Se está trabajando en el diseño de una clasificación o distinción de seguridad vial de forma que los vehículos con mayor puntuación puedan tener una serie de facilidades: acceso a ZBE, menor coste de aparcamiento regulado en viaje, mayor tiempo u horario de uso de plazas de carga y descarga...", ha dicho Navarro.

Más ventajas para el renting

El anuncio de una clasificación basada en la seguridad es una buena noticia para el sector del renting y un motivo más para que los gestores de flotas apuesten por esta opción de movilidad. 

Los vehículos de renting tienen una antigüedad media que no supera los cinco años. Los datos presentados por el director general de Tráfico revelan que “el riesgo de fallecer o resultar herido grave se multiplica por dos al comparar los accidentes ocurridos con vehículos de 10 a 15 años de antigüedad, en relación con vehículos de menos de 5 años".

Cerramos como abrimos esta entrada: si la DGT cambia las etiquetas medioambientales, ¿qué pasa con las de mi flota de vehículos?

No pasa nada, porque los cambios serán a futuro y no afectarán las ventajas actuales.